domingo, 15 de julio de 2012

HISTORIAS DE ALDEANOS


Historias de tranvías,
viejos vaivenes de vagones de media noche,
atardeceres sin paradas ni equipaje,
destinos que no vuelven y caminos que se tuercen.

Dicen por ahí, que el tranvía se paro a los pies de un amado,
desahuciado por la vida y abierto en herida,
desvalido quedo el muchacho,
pues su herida fue la bala del rechazo.

Dicen por ahí y se comenta en historias de aldeanos,
que quienes conocieron su rechazo,
ni traía maletas, ni destino, ni camino, solo sus débiles pasos,
solo el pañuelo quedo en el suelo empapado por sus ojos.

Historias de tranvías,
atardeceres sin paradas ni equipaje,
destinos que no vuelven y caminos que se tuercen.
Su herida fue la bala del flechazo,
pero fue su amada quien recogió el pañuelo del muchacho.

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